En el entorno laboral, los conflictos son inevitables. Diferencias de opinión, estilos de trabajo distintos, metas que parecen incompatibles o incluso problemas de comunicación son parte natural de cualquier equipo. Sin embargo, lo que muchas veces se percibe como un obstáculo puede convertirse en una puerta hacia la innovación, el fortalecimiento de relaciones y el crecimiento personal y organizacional.
Panorama actual: datos sobre el conflicto laboral
El informe del CIPD (Good Work Index 2024) recopiló datos de más de 5 000 trabajadores y unos 2 000 profesionales de RRHH. Entre los hallazgos:
- El 25 % de los empleados afirmó haber experimentado conflicto laboral en el último año.
- De quienes vivieron conflicto, solo el 36 % indicaron que fue totalmente resuelto.
- Los tipos más comunes de conflicto fueron: sentirse socavado o humillado (48 %), haber tenido una discusión acalorada (35 %) o abuso verbal (34 %).
- Los trabajadores que vivieron conflicto reportaron menor satisfacción laboral (54 % frente al 77 % sin conflicto) y el doble de probabilidades de querer cambiar de empleo (33 % frente al 16 %).
Además, un estudio en el Reino Unido halló que aproximadamente el 25 % de los empleados (equivalente a unos ocho millones de trabajadores) había vivido algún tipo de conflicto laboral en los últimos 12 meses.
Un conflicto bien manejado puede:
- Generar nuevas ideas y soluciones creativas.
- Fortalecer la confianza y cohesión del equipo, al enfrentar diferencias con apertura.
- Impulsar el desarrollo profesional, al fomentar habilidades de negociación, escucha activa y liderazgo.
- Alinear valores y metas, permitiendo aclarar expectativas y roles.
Estrategias para transformar un conflicto en oportunidad
Partiendo de lo anterior, resulta muy importante tener recursos con los cuales nos familiaricemos con el manejo de situaciones de conflicto. Considera los siguientes aspectos para promover tu bienestar:
- Escucha activa y empatía
Antes de responder o defenderte, escuchar con atención a la otra parte permite comprender no solo lo que se dice, sino lo que se siente. La empatía desactiva tensiones y abre camino a soluciones.
- Centrarse en los intereses, no en las posiciones
Muchas discusiones se enredan en posturas rígidas (“quiero esto” vs. “yo quiero lo otro”). Cuando se exploran los intereses reales detrás de esas posturas (necesidades, preocupaciones, metas), surgen alternativas de solución que benefician a todos.
- Comunicación clara y asertiva
Expresar lo que piensas y sientes de forma respetuosa y directa reduce los malentendidos y evita resentimientos acumulados.
- Buscar soluciones de ganar-ganar
Un conflicto no debe tener un “ganador” y un “perdedor”. Si ambas partes colaboran en la búsqueda de acuerdos, la resolución fortalece al equipo y genera mayor compromiso.
- Ver el conflicto como aprendizaje
Cada situación difícil ofrece la posibilidad de identificar debilidades, ajustar procesos y crecer como personas y organización.
Conclusión:
Como puedes ver, el manejo de conflictos no consiste en evitarlos ni en “ganar” discusiones. Se trata de aprovecharlos como oportunidades para crecer, innovar y fortalecer vínculos laborales. Cambiar la forma de mirar el conflicto, es un paso esencial hacia una cultura organizacional más sana, resiliente y productiva. Si tienes deseo de ser apoyada(o) en este tema, no dudes en hacer una solicitud con nuestro equipo de Orientación Psicológica.
Psic. Thania Berenice Aragón Velázquez
Orientación Psicológica
Programa de Éxito Académico y Profesional (PEAP)
Referencias
Robbins, S. P., & Judge, T. A. (2019). Comportamiento organizacional (18a ed.). México: Pearson Educación.
De Janasz, S. C., Dowd, K. O., & Schneider, B. Z. (2018). Habilidades interpersonales en las organizaciones (6ª ed.). Nueva York: McGraw-Hill.
Deutsch, M., Coleman, P. T., & Marcus, E. C. (Eds.). (2014). El manual de resolución de conflictos: teoría y práctica (3.ª ed.). San Francisco: Jossey-Bass.
