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Palabras de la Vicerrectora Académica en la Ceremonia de Graduación Utel Guadalajara 2025


La Ceremonia de Graduación Utel Guadalajara 2025 contó con la participación de Claudia Mejía, Vicerrectora Académica, quien dirigió un mensaje inspirador en el que invitó a la generación 2025 a reflexionar sobre el verdadero valor de lo aprendido, el impacto de sus decisiones y la responsabilidad de contribuir a un mundo más justo, ético y solidario. 

Palabras de la Vicerrectora Claudia Mejía

Claudia Mejía, quien tomó la palabra en representación del Rector Institucional, Maestro David Stofenmacher Berenstein, inició su discurso destacando el esfuerzo colectivo de los egresados y motivándolos a mirar hacia el futuro con intención, propósito y valentía. A continuación, compartimos sus palabras:

“¿Cómo estamos el día de hoy? Felices, me imagino. Hay momentos en la vida que no solo se celebran, se recuerdan para siempre. Clase 2025, este es uno de esos momentos. Es un honor estar aquí, a nombre del maestro David Stofenmacher, compartir esta ceremonia, saludar al presidium, a sus familias y a quienes los acompañan, y sobre todo tener el privilegio de dirigirme a ustedes con palabras que van más allá de la felicitación.

Hoy quiero hacerles una invitación. Una invitación a tomar verdadera conciencia de lo que significa haber llegado hasta aquí. A mirar más allá del diploma que hoy reciben. A soñar en grande, actuar con sentido y convertirse en lo que el mundo necesita con urgencia: personas que inspiran con el ejemplo. Porque sí, lo que han logrado es muy importante, pero lo que harán a partir de ahora, eso es lo que puede cambiarlo todo.

Nelson Mandela dijo: «La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo». Hoy ustedes portan esa herramienta de transformación, una que no solo puede cambiar su historia personal, sino que, si así lo deciden, también la historia de sus comunidades, sus trabajos, sus familias e incluso sus países.

Sabemos que llegar hasta aquí no fue fácil. Detrás de cada uno de ustedes hay historias que no siempre se ven: sacrificios silenciosos, horas robadas al descanso, trabajos que lo exigían todo pero que nunca apagaron la chispa de seguir adelante. Y también hay otra cara, luminosa y profunda: decisiones valientes, palabras que llegaron justo cuando más las necesitaban, abrazos que no pidieron explicación, miradas que decían «yo creo en ti», incluso cuando ustedes no estaban seguros de creer en sí mismos. Y, por encima de todo, hay amor: amor por lo que sueñan ser, amor por lo que quieren construir.

Ustedes no estudiaron solo para tener un título; estudiaron para tener impacto, para elevar su voz, para responder mejor a los desafíos de su entorno, para honrar sus metas y las de quienes han caminado a su lado. En Utel sabemos que cada generación que egresa es un semillero de infinitas posibilidades, porque cada uno de ustedes es una semilla capaz de germinar en muchos lugares distintos. Algunos transformarán realidades desde lo local, otros influirán en decisiones globales. Unos impactarán desde una sala de juntas, otros desde un aula, desde un proyecto social, desde un emprendimiento con causa, incluso desde una conversación valiente.

Robert F. Kennedy dijo: «El propósito de la vida es construir de alguna manera para hacer las cosas mejor». Y ustedes están listos para construir y contribuir. Lo han demostrado con cada entrega completada, cada clase cursada, cada obstáculo superado. Y eso les da algo que no todos tienen: credibilidad nacida del esfuerzo auténtico.

Pero con todo lo que han aprendido, también asumen un nuevo nivel de responsabilidad, no con nosotros, sino con ustedes mismos y con el mundo que los rodea. Por eso, quiero dejarles tres retos, tres compromisos para que este logro no sea un final, sino el inicio de algo todavía mucho más grande.

  1. No vivan en automático. Cuestionen, propongan, pregúntense: «¿Esto que hago tiene sentido? ¿Está sumando a algo real?». La rutina es cómoda, pero rara vez transforma. Ustedes tienen las herramientas para actuar con intención.
  2. Multipliquen su conocimiento. No se lo queden para ustedes, compártanlo. Desde una charla familiar hasta una iniciativa comunitaria, el conocimiento que no se comparte se estanca, se pierde y deja de tener propósito.
  3. Honren lo que les costó llegar aquí. Recuerden las noches largas, las dudas, las veces que quisieron rendirse. Y ahora que lo han logrado, honren ese esfuerzo siendo personas íntegras, éticas y valientes. Nadie puede quitarles lo aprendido, pero ustedes sí pueden decidir todos los días cómo lo van a usar.

En Utel creemos profundamente en el poder de las personas y ustedes, clase 2025, son la mejor evidencia de que sí se puede cambiar una vida y, a través de ella, muchas otras. Queridas y queridos graduados, ustedes ya son personas distintas. Hoy comienza una nueva etapa, y el verdadero desafío no es lo que aprendieron, sino lo que harán con esto que aprendieron.

Gracias por su entrega, gracias por su valentía, por recordarnos que cada esfuerzo tiene sentido cuando hay detrás una intención profunda. Y nunca olviden: el mundo los necesita.

¡Muchas felicidades, clase 2025!”. 

Claudia Mejía nos recuerda que lo aprendido va más allá de un título; es una herramienta para transformar el mundo. La generación 2025 está lista para dejar su huella, llevando consigo la valentía y el propósito de hacer una diferencia significativa.


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