El miedo: un proceso corporal y de análisis mental

Miedo un proceso corporal y de análisis mental

El miedo es una emoción que nos puede suceder a todos, la cual implica un proceso corporal, esto significa un cambio en la musculatura, en nuestras vísceras y en nuestras hormonas, que más adelante se reflejará como un sentimiento. El sentimiento es la percepción consciente que yo tengo de este fenómeno físico y fisiológico, una emoción cuya función principal es proteger nuestra vida y ayudar a la supervivencia, que es la misión principal del cerebro humano.

Aprender a identificar los planos del miedo

Hay que aprender a distinguir varios planos cuando se habla del miedo. Comencemos con dos de estos: uno es el físico y otro es el mental.

El plano físico está a nivel cerebral en el núcleo del cerebro, específicamente en la amígdala cerebral; el plano mental es diferente, ya que se encuentra en las zonas más evolucionadas –se llama corteza prefrontal–, y ahí es donde nosotros, desde nuestro propio diálogo interno y desde nuestra propia capacidad de análisis somos capaces de activar la estructura física de los núcleos amigdalinos para que el cuerpo tenga la reacción del miedo.

La mayor parte de nuestros miedos son generados a nivel mental, en su mayoría son creaciones mentales tomadas como si fueran reales; al ser éstas tan intensas podemos decir que lo que realmente afecta a la emoción del miedo es nuestra interpretación de las cosas que suceden en nuestro entorno.

La representación interna o cosmovisión

Hay una parte de nosotros que se resiste de forma manifiesta a todo tipo de cambio; a esto se le denomina cosmovisión o representación interna. Hay mapas que tenemos en nuestra mente, esos nos hacen creer que lo que percibimos es lo real y nos aferramos a ellos, los que nos ayudaron a navegar de la misma forma en la que lo hicimos en el pasado y es algo que no queremos o no nos disponemos a cambiar, ¿por qué?

En ocasiones intentamos comprendernos y, si lo hacemos, es importante se haga desde el estado de la conciencia y entendimiento, abriéndonos a la posibilidad de avanzar en el camino de la reflexión para poder dar un origen y aprender a cómo vencer el miedo. 

¿Cuál es el origen de la palabra miedo?

Veamos ahora el origen etimológico de la palabra miedo. José Antonio Marina y Marisa López Penas, en su Diccionario de los sentimientos (Penas, 2006), analizan las relaciones que se pueden establecer entre distintos vocablos de un mismo campo semántico emocional, lo que nos permite conocer sus matices y su gradación.

Riesgo (resecare, romper el casco de una embarcación), y peligro (de la raíz indoeuropea per-, ir hacia delante, penetrar en algún sitio) son palabras relacionadas con el miedo.

Temor es el miedo a algo que se piensa que ya ha sucedido, y aprehensión es la aversión a tocar algo. La gradación del miedo en la lengua castellana, según estos autores, comienza con el miedo intensivo, la fobia, el terror y el pavor (este último del indoeuropeo peu-, golpear, de donde proceden también pavura y espanto).

El pánico es el miedo sin fundamento, colectivo y descontrolado (palabra derivada del nombre del dios Pan, se refiere al miedo a los ruidos perturbadores de la naturaleza). Existe también un miedo breve y súbito, procedente de una causa pequeña: el susto (procedente del portugués), y también la alarma (que significa, «a las armas»). 

Basado en todos sus matices, ahora sabemos que el origen del miedo es muy diverso y enfrentar el miedo es una constante, tal como lo mencionara el médico, psiquiatra y psicólogo suizo, Carl G. Jung “donde está tu miedo, ahí está tu tarea”.   

Ahora sería preciso darte algunas recomendaciones para que sepas cómo vencer el miedo:

1.         Conversa con los demás

Conversar sobre nuestras dificultades está bien. Hazles saber a los demás cómo te sientes respecto a tus miedos. Si estás del otro lado, ponle atención a los sentimientos que te muestra la persona. Escucha sin juzgar, permítete tener bastante paciencia y piensa que lo que estás haciendo es en beneficio tuyo.

2.         Respira lenta y profundamente 

Los ejercicios de respiración también sirven de ayuda para aliviar el miedo:

a) Respira en sincronía.

b) Inhala profundamente durante 4 segundos.

c)  Exhala por la nariz durante 6 segundos.

d) Repite el ejercicio dos o tres veces.

3.         Enfócate en tus objetivos con manejo de tiempo y productividad

4.         Duerme bien. Al hacerlo se repara el cerebro y permite el bienestar (8 horas diarias).

5.  Si sientes que no puedes controlar tu miedo, pese a haber practicado estos consejos; lo mejor es que contactes directamente a un especialista, recuerda que es un trabajo propio y constante, nadie más puede superar el miedo excepto tú mismo (a).

Psic. Paola Merino Montoya

Orientación psicológica

Programa de Éxito Académico y Profesional  (PEAP)

Bibliografía

Navarra, B. d. (11 de 03 de 2015). Leyendo se entiende la gente . Obtenido de https://leseg.unav.edu/2015/03/11/nuestro-miedo-mas-profundo-marianne-williamson/

Penas, J. A. (2006). Diccionario de los sentimientos. Barcelona : Anagrama.