Con cada inicio de año o etapa evolutiva, hay personas que hacen reflexiones sobre su vida, las conductas o acciones que quieren cambiar, dejar o mejorar. En diferentes momentos se habla sobre establecer nuevos hábitos, los cuales son “esquemas mentales estables, aprendidos por repetición de actos, que facilitan y automatizan las operaciones cognitivas, afectivas, ejecutivas o motoras” (Marina, 2012, p.1). Continuamente, las personas establecen cambiar hábitos o tener otros nuevos y comienzan con una conducta de manera constante hasta que la establecen en su rutina diaria. Sin embargo, no llega a ser una tarea sencilla, ya que conlleva una reflexión a conciencia sobre los principales obstáculos que tenemos para lograrlo, ¿cuáles serán nuestras soluciones y el plan de acción para mantener nuestros hábitos?
Es así que nos enfocaremos en los hábitos de la atención. Pero ¿qué es la atención?
La atención es un proceso biopsicológico que implica aspectos cognitivos (percepción, memoria, aprendizaje, etc.) y conductuales. La atención se genera tras percibir en nuestro entorno ciertos estímulos con los diferentes sentidos y se genera la focalización en un estímulo específico, ignorando otros o también poniendo atención a varias tareas a la vez. De acuerdo a Fontana et. al. (2014) los procesos implicados durante la atención son tres:
- La selección: se genera cuando se debe prestar atención a un solo estímulo del ambiente y dejar a un lado los otros estímulos que estén en el entorno.
- Distribución: se activa cuando en el ambiente hay varios estímulos y se deben atender todos al mismo tiempo.
- Mantenimiento o sostenimiento: se genera cuando tenemos que prestar atención a una actividad durante periodos de tiempo largos.
La atención es crucial para el aprendizaje en el ámbito educativo ya que es un prerrequisito para que se generen los procesos de consolidación, mantenimiento y recuperación de la información. De acuerdo a Bernabéu Brotóns (2017), existen factores que favorecen o perjudican la atención y, por ende, el aprendizaje, los cuales son: motivación e interés, sueño, fatiga, dificultad de la tarea, lo atractivo de la tarea, estímulos distractores, luminosidad del lugar de estudio, la enseñanza que dan los profesores, etc.
¿Cómo se puede tener mejor la atención?
Algunos hábitos a considerar para tener mejor atención son:
- Establecer rutinas: ayuda a enfocarse en tareas específicas en momentos designados. Tener una rutina en los estudios ayuda a habituarse en cierto lugar y tiempo para hacer actividades académicas.
- Calidad de sueño: se ha revisado que tener una calidad de sueño adecuada favorece la atención y otros aspectos cognitivos.
- Eliminar distractores: comúnmente, hay una gran variedad de estímulos que pueden quitar la atención (dispositivos electrónicos, personas, otras actividades, etc.), pero es fundamental evitar los que nos llevan a distraernos de manera inmediata cuando se está tratando de prestar atención a aspectos académicos o laborales.
- Hacer ejercicio y tener una alimentación balanceada: la actividad física mejora el flujo sanguíneo y ayuda a las cogniciones. Una dieta equilibrada proporciona la energía para el óptimo funcionamiento cerebral.
- Tomar descansos: tener pequeñas pausas de 5 o 10 minutos durante el trabajo o estudio ayuda a prevenir la fatiga y mejora la capacidad de atención.
- Practicar mindfulness o meditación: estás técnicas ayudan a fortalecer la capacidad de atención para estar presente en el aquí y ahora.
Por otro lado, hay hábitos que perjudican la atención. Dichos hábitos pueden ser:
- Hacer varias tareas al mismo tiempo: aun cuando se habla de la atención distribuida, hacer varias actividades o pendientes al mismo tiempo divide la atención y reduce la calidad del trabajo.
- Uso excesivo de dispositivos electrónicos o redes sociales: estar en diferentes dispositivos, viendo programas o revisando redes sociales, llevan a la distracción de otras actividades y a la desatención de tareas que pudieran ser más importantes.
- Estrés constante: estar continuamente bajo estrés puede generar que se disminuya la concentración y atención dado el desgaste de nuestro cuerpo.
En conclusión, se entiende que la atención es un proceso biopsicológico complejo que conlleva a otras funciones cognitivas; también es un factor clave para el aprendizaje en la parte educativa. Tener hábitos que favorezcan la atención y retención de la información es recomendable. Generar o cambiar hábitos no llega a ser una tarea sencilla, pero tampoco es imposible de hacer; para lograrlo es necesario identificar qué queremos cambiar e ir poco a poco avanzando ya sea analizando nuestros obstáculos, las soluciones y tener un plan de acción para lograrlo.
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Psic. Ana Karina Cárdenas Torres
Orientación Psicológica
Programa de Éxito Académico y Profesional (PEAP).
Referencias:
Bernabéu Brotóns, E. (2017). La atención y la memoria como claves del proceso de aprendizaje. Aplicaciones para el entorno escolar.
Fontana, S. A., Raimondi, W., & Rizzo, M. L. (2014). Calidad de sueño y atención selectiva en estudiantes universitarios: estudio descriptivo transversal. Medwave, 14(08).
Marina, J. A. (2012). Los hábitos, clave del aprendizaje. Pediatria Integral, 16(8), 1-4.
https://www.pediatriaintegral.es/wp-content/uploads/2012/xvi08/08/662%20Brujula%208.pdf
https://digibug.ugr.es/bitstream/handle/10481/47141/6-2-3.pdf?sequence=1&isAllowed=y
http://www.scielo.org.co/scielo.php?pid=s2011-30802019000100017&script=sci_arttext
http://viejo.medwave.cl/link.cgi/Medwave/Estudios/Investigacion/6015?ver=sindiseno
https://www.redalyc.org/journal/4767/476768447002/html/


