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Síndrome de Peter Pan: la sensación de nunca querer crecer


Uno de los conflictos más comunes en las personas jóvenes en la actualidad es la falta de interés por respetar la autoridad, y poco interés por el compromiso. Estas conductas son parte de un cambio de generación; sin embargo, también pueden ser parte de un conjunto de circunstancias llamado popularmente Síndrome de Peter Pan.

¿Qué es el síndrome de Peter pan?

La conceptualización “Síndrome de Peter Pan”, dada en 1983 por el Psicólogo Clínico Dan Kiley, se define como una falta de madurez emocional y personal, que afecta en su mayoría a hombres adolescentes y a jóvenes que comparten un ambiente de irresponsabilidad y ausencia de compromiso con el entorno. Se llega a pensar como una vida que guía a la eterna juventud; no obstante, este fenómeno conlleva a las personas jóvenes que no desean convertirse en adultos y a la correspondiente evasión de responsabilidades y necesidades propias de su edad.

La falta de comunicación social posterior a la pandemia, y las formas de comunicación digital, hacen que tengamos actualmente más distanciamiento entre personas a la hora de comunicarnos y al expresar sentimientos; además, es importante señalar que hay algunas condiciones en las personas que se centran en la evasión de la expresión de sus propias responsabilidades.

Algunas de las conductas y actitudes características del Síndrome de Peter Pan son:

  • Comportamiento menor a lo que representaría su edad real (por ejemplo, personas que superan los 30 años y se comportan como alguien de 15 años).
  • Sentimientos centrados en la juventud: es decir, un sentir vinculado a las emociones de vitalidad y contento propias de los adolescentes.
  • Miedo a la soledad.
  • Necesidad excesiva de atención y admiración.
  • Poca tolerancia a la frustración.
  • Falta de interés en las personas que los rodean.
  • Búsqueda de libertad.
  • No se responsabiliza de sus actos y culpa a los demás por lo que no le va bien.
  • Mienten o se esconden detrás de excusas.

La adultez se comprende como el período que va de los 25 a los 60 años de edad, aproximadamente, en el ciclo vital, siendo esta etapa en la que un individuo alcanza la plenitud en su evolución física, biológica, psíquica y cognitiva. A la vez, incluye la mayoría de los procesos psicológicos básicos y superiores tales como el aprendizaje, la memoria, la atención, el lenguaje, el razonamiento, el pensamiento y la creatividad. En el ámbito psicosocial, los caracteres se presentan firmes y seguros, en los que el individuo se distingue por el control que logra de sus sentimientos y su vida emocional. Lo anterior le permite afrontar la vida con mayor seguridad y serenidad.

La adultez implica crecer, adoptar valores y objetivos de vida, responsabilizarse de los propios errores y tolerar la frustración día a día; con lo descrito, observamos que la maduración se desarrolla y muestra un equilibrio entre ambas partes de la persona, el adulto y el pasado infantil.

Diagnóstico y tratamiento

Aunque no es un Síndrome, porque no tiene relevancia ni validez científica como trastorno mental, se superponen los criterios con el trastorno narcisista de la personalidad. El DSM-V (APA, 2013), define el Trastorno de Personalidad Narcisista como un patrón dominante de grandeza (fantasía o comportamiento), que conlleva la necesidad de admiración y la reducción de la capacidad de empatía (DSM-V, 2013). La mejor manera de atender estas necesidades y complicaciones es a través de las siguientes recomendaciones:

  • Reconocer el problema: saber que no significa un problema hasta que comienza a afectar áreas de la vida, como lo es desatender materias de la universidad, dejar de frecuentar amistades, discusiones frecuentes con familiares y parejas. El primer paso es aceptar que no todo está bien y comenzar a pensar ¿qué es lo que debo hacer?, más allá de pensar en lo que no queremos pensar.
  • Adoptar hábitos saludables: comenzar a tener más responsabilidades con tus familiares y con amigos. Comenzar a hacerse responsable de la salud física y emocional, hablar de lo que molesta y tener más comunicación con las demás personas. Recuerda, el primer paso es hacer algo para ti mismo.
  • Buscar ayuda profesional: acercarse a grupos de apoyo, conversar con un psicólogo, hablar de lo que se siente y aprender a enfrentar los miedos. No es la primera vez que se va a tener miedo a crecer, pero hay que aprender a mejorar como personas y como individuos.

Si llegas a sentir que necesitas hablar con alguien acerca de tu forma de responsabilizarte, recuerda que puedes acercarte al área de bienestar y orientación psicológica.

Psic. Alberto Bárcenas García
Orientación Psicológica
Programa de Éxito Académico y Profesional (PEAP)

Bibliografía

Asociación Americana de Psiquiatría, (2013). Guía de Consulta de los Criterios
Diagnósticos del DSM-V. (5th ed.) Asociación Americana de Psiquiatría.
Rossi, A. y Rubiolo, V. (2011). Síndrome de Peter Pan, Trastorno Narcisista de una época. III Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología. Facultad de Psicología – Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires