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Trampas del pensamiento: Sesgo de ancla


Todo el tiempo estamos tomando diferentes decisiones en nuestro día a día; algunas de éstas llegan a ser más automáticas o intuitivas y otras necesitan un mayor grado de análisis. Sin embargo, a lo largo del tiempo se han analizado diferentes modelos para la toma de decisiones; una de ellas es la Teoría de los Procesos Duales, donde se habla sobre los sesgos cognitivos o heurísticos (del Griego heuriskein, que significa “hallar” o inventar”) que abordaron los autores Daniel Kahneman y Amos Tversky (1974). En dicho planteamiento se aborda que los sesgos cognitivos son distorsiones en los juicios a partir de un procesamiento erróneo de la información recibida y que buscan (pensando que no siempre se logra) reducir tareas complejas.  

Kahneman (2012) comparte que hay dos maneras en las que se genera el pensamiento, las cuales coexisten en conjunto: 

Sistema 1: El pensamiento se genera de manera rápida, automática, estereotipada, inconsciente, etc. Aquí es donde se llegan a presentar respuestas heurísticas. Este procesamiento surge sin esfuerzo en la memoria semántica, demanda poca capacidad de procesamiento y se pueden realizar varias actividades al mimo tiempo. 

Sistema 2:  El pensamiento es más pausado, sigue una serie de pasos y hay mayor esfuerzo para procesar la información. Requieren de los recursos de la memoria de trabajo y se necesita imaginar posibilidades o alternativas nuevas, así como en la simulación mental.

El uso de atajos o sesgos ayudan a buscar soluciones rápidas, pero pueden generar juicios cognitivos sin información completa, generando errores en la toma de decisiones. Para Benson 2010, citado en (Cano, et.al. 2022) los sesgos pueden surgir por un exceso de información, por querer buscar una solución rápida y complicaciones en la memoria. 

Pero, ¿cuáles son los sesgos cognitivos?

Se han identificado varios sesgos cognitivos (representatividad, disponibilidad, ancla, confirmación, etc.). Hoy es de nuestro interés el sesgo de anclaje, el cual es aquel donde la persona se queda con la primera información que reciben y la toman como punto de partida (Jofre, 2019). La información que se obtenga posteriormente es comparada constantemente con la inicial, lo cual lleva a generar el efecto ancla y no quererlo soltar. Por ejemplo, si te dicen que un coche cuesta $300,000 y luego te ofrecen uno similar por $250,000, puedes pensar que es una oferta, aunque en realidad el precio justo podría ser mucho menor.

En el ámbito educativo también se puede desarrollar dicho anclaje al quedarse el estudiante con la primera información que se obtenga de algún recurso o profesor, sin tener una postura analítica para revisar otras fuentes o ir generando un propio análisis. Por ejemplo, un estudiante está decidiendo cuántas horas estudiar para un examen final. Antes de comenzar a estudiar, un compañero le comenta que la mayoría de los estudiantes suelen dedicar al menos 40 horas de estudio para aprobar este examen. Esta cifra de 40 horas se convierte en un “ancla” para el estudiante.

Tener conocimiento sobre el sesgo de ancla, puede ser útil para replantearse: 

  1. Toma de decisiones: Al ser consciente de este sesgo, puedes cuestionar la primera información que recibes y buscar más datos antes de tomar una decisión importante. Por ejemplo, al analizar la información a estudiar y hacer una aproximación de cuánto tiempo le llevaría emplear para estudiar, el estudiante puede cambiar su decisión y en lugar de estudiar 40 hrs opta por menos tiempo.
  1. Pensamiento crítico: Se irá desarrollando al plantearse el objetivo a alcanzar, evaluar las fuentes de información, cuestionar lo revisado para identificar supuestos de hechos y no dejarte llevar por la primera impresión (UNICEF, 2022). Esto es crucial para trabajos de investigación y análisis en el ámbito educativo o laboral. Sin embargo, dicho pensamiento apoya a que las personas puedan afrontar problemas complejos en su propia vida. Retomando el ejemplo: El estudiante analizó sus tiempos, actividades, priorizo sus pendientes y determinó el tiempo necesario para que él pueda cumplir con su objetivo (estudiar para el examen final) y cumplir otras actividades académicas, personales, laborales o familiares.
  2. Negociables: Si sabes que el sesgo de ancla puede influir en las negociaciones, puedes prepararte mejor y no aceptar la primera oferta que recibas, ya sea en entrevistas de trabajo o en proyectos colaborativos.

Conocer los sesgos cognitivos, y en particular el sesgo de anclaje, es importante porque nos permite tomar decisiones más informadas. Nos ayuda a ser más críticos con la información que recibimos y a no dejarnos llevar por primeras impresiones que pueden ser engañosas. Si te encuentras bajo una situación donde no sabes cómo escapar a la trampa del sesgo de ancla, considera revisarlo en nuestro servicio de Orientación Psicológica.

Psic. Ana Karina Cárdenas Torres
Orientación Psicológica
Programa de Éxito Académico y Profesional (PEAP)

Referencias: 

Cano, J. M. M., Solís, C. E. A., de Arechavaleta, B. R. O. L., & Navarro, S. P. (2022). Sesgos cognitivos y la discriminación de noticias falsas en una muestra de adultos mexicanos. Revista de Psicología de la Universidad Autónoma del Estado de México, 11(27), 67-97.
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (2022). Las 12 habilidades transferibles del Marco Conceptual y Programático de UNICEF. https://www.unicef.org/lac/media/30756/file/Las%2012%20habilidades%20transferibles.pdf
Jofre, Cristian Martín (2019). Sesgos cognitivos y proceso de investigación en estudiantes universitarios. XI Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología.
Kahneman, D. (2012). Pensar rápido, pensar despacio. Debate.Tversky, A., & Kahneman, D. (1974). Judgment under Uncertainty: Heuristics and Biases. Science, 185(4157), 1124-1131.